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"¿Cubrir el museo con un graffiti mío? Vale"

La Tate Modern de Londres escoge a un español entre el grupo de artistas que adornará el museo con un mural de 35 metros

A Sergio Hidalgo (Badalona, 1975) le cuesta asimilar su último encargo. Hace dos días la Tate Modern de Londres llamó a este artista autodidacta para ofrecerle el trabajo "más importante" de su vida: cubrir el museo, que domina el horizonte del río Támesis con su gran chimenea de ladrillo, icono contemporáneo de la parte baja de la ciudad, con un graffiti de 35 metros que dará la bienvenida, a partir del 23 de mayo, a los visitantes de la exposición Street Art at Tate Modern. "Todavía no conozco el lugar ni las dimensiones exactas, me ha pillado completamente por sorpresa", ha reconocido desde su "exilio temporal" en Madrid: "Pensaba que iba a colaborar en alguna actividad menor relacionada con la exposición, pero esto no me lo esperaba".

La historia de Sixe, alter ego artístico de Hidalgo, es la historia del graffiti. Salido de las calles, oculto en callejones, desde su taller de Barcelona, donde vive y trabaja, ha pasado del taqueo (plasmar una firma en un muro) a las puertas de los centros de arte y, años más tarde ("empecé a los 13"), hasta sus paredes y su interior: expone en Copenhague y en la galería barcelonesa N2. "Nunca he tenido más formación que la que me he brindado yo solo" matiza, "no he ido a la universidad ni he estudiado, empecé pintando paredes y mira donde estoy, ganándome la vida".

Animales, casualidades y psicodelia

Hidalgo ha sido electricista, montador de bicicletas y cuidador de animales. Hasta que un buen día, "entre curro y curro", empezó a vislumbrar un futuro dedicado a su obsesión. Y todo por sorpresa, como su conexión londinense: "Entre las miles de excusas que me buscaba para pintar en festivales de hip hop y no ir a trabajar, un día terminaron echándome y, al momento, me llamaron para ofrecerme decorar una tienda de ropa infantil". Todo cambió: "Gané dinero suficiente y pude dejar de trabajar, aunque seguí investigando y abriendo puertas creativas".

Los animales mutados y psicodélicos de Hidalgo, a los que dedica gran parte de su obra, convivirán durante tres meses en la fachada del museo londinense con el trabajo del colectivo estadounidense Failed, forjado en las calles de Nueva York, del artista francés JR y de tres brasileños, Nunca y los gemelos Otavio y Gustavo.

Explorando límites, con lo ojos abiertos (colabora con el colectivo Equipo Plástico aunque trabaja bajo la firma Sixeart) y perseverando, este catalán de 32 años, voz curtida y ascendencia urbana, ha viajado del spray hasta el muro, de las manos al alambre y del volumen al espacio y ahora se alimenta de su trabajo como interiorista, pintor y escultor. ¿Cómo? "Estando ahí, aunque nunca pensé que podría vivir de esto".

No le gustan las etiquetas, pero si tiene que elegir una se considera un "artista multidisciplinar". "Pero sólo porque me aproximo a varias disciplinas, nada más". Huye de la exageración y el autobombo, y trabaja "tranquilo, buscando oportunidades", aunque no olvida el olor del spray en contacto con el muro. Es su obsesión, ya lo dice su segundo apellido: "Paredes, como las que pinto".

SIXE
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