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ARQUEOLOGÍA

Una caja fúnebre de Jerusalén podría ser la primera referencia arqueológica a Jesús

La urna contiene una inscripción: "Jacobo, hijo de José, hermano de Jesús"

Un osario de caliza datado en el año 63 después de Cristo y encontrado en una cueva de Jerusalén puede contener la primera referencia arqueológica a Jesús de Nazaret. La urna fúnebre, que mide 50 centímetros de largo y unos 27,5 centímetros de ancho, contiene una inscripción en arameo que dice: "Ya'akov bar Yosef akhui diYeshua", en español "Jacobo, hijo de José, hermano de Jesús".

El arameo es una antigua lengua semítica usada durante siglos como lengua franca en Oriente Próximo. En la época en la que vivió Jesús, era el idioma usado por los judíos mientras que el hebreo estaba reservado a las clases altas como lengua religiosa y gubernamental.

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El arqueólogo francés Andre Lemaire, profesor de la Sorbona de París y que ha estudiado la caja hallada por casualidad el pasado mes de junio, considera que ese texto es una referencia a Jesús de Nazaret. Lemaire explica en un artículo en la Revista de Arqueología Bíblica que los judíos sólo utilizaron este tipo de urnas fúnebres entre los años 20 antes de Cristo y 70 después de Cristo.

Una persona relevante

Además, el arqueólogo asegura que en aquella época era muy poco usual que en una caja de este tipo se grabara, además del nombre del padre del fallecido, el nombre del hermano. De los cientos de cajas fúnebres de la época que se han encontrado, sólo en dos aparecen referencias a un hermano. Esto sugiere, según el arqueólogo, que el "Jesús" al que se hace referencia en el osario tuvo que ser una persona popular o que representó un papel relevante, por lo que considera "muy probable" que la caja perteneciera a Jacobo, considerado por la tradición cristiana como uno de los líderes de las primeras iglesias cristianas de Jesusalén (citado, por ejemplo, en Mateo 13:55-56).

Jacobo, José y Jesús eran nombres muy comunes en la antigua ciudad de Jerusalén, que tenía entonces unos 40.000 habitantes. Lemaire estima que, estadísticamente, podía haber unos 20 jacobos hijos de José y hermano de Jesús, pero es muy dudoso que uno de ellos tuviera un hermano que mereciera el honor de ser mencionado en la tumba.

La caja pertenecía a un judío coleccionista de antigüedades hebreas, que quiere permancer en el anonimato y que asegura haber pagado por la caja entre 200 y 700 dólares a un anticuario hace 15 años. Además, de Lemaire, dos científicos israelíes la han examinado y han concluido que tiene más de 2.000 años.

Otros arqueólogos han expresado sus dudas sobre esta hipótesis. Kyle McCarter, de la Universidad Johns Hopkins, ha señalado que la teoría de su colega Lemaire es "probable", aunque no existe una completa seguridad y puede que nunca la haya. Aunque la mayoría de los estudiosos consideran que Jesús existió, por el momento no se había descubierto ninguna prueba física de su vida. De hecho, son pocos los objetos de la época que se disponen hoy sobre alguna de las figuras centrales del Nuevo Testamento. Una de ellas es la tumba, hallada en 1990, de Caifás, el sacerdote que entregó a Jesús a los romanos, según la Biblia. Además, hace 40 años se encontró una inscripción en un monumento sobre Poncio Pilatos.

Imagen de la caja fúnebre.
Imagen de la caja fúnebre.AFP
Detalle de la inscripción.
Detalle de la inscripción.AFP
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