“Siempre he sido alquímico”

El director de la compañía Momix está en un rincón del teatro, haciendo gestos expansivos y explicando su estilo y su obra. Quedan pocas horas para el estreno de Alchemy. Moses Pendleton (Lyndoville, Vermont, 1949) basa su universo plástico en la naturaleza y sus misterios, que a la vez son sus más elocuentes metáforas. Incansable, perfeccionista, con una notoria inquietud por la tecnología, no deja de entender la danza desde una raíz poética.

Pregunta. ¿Momix nace exactamente en 1980 como resultado de Pilobolus?

Respuesta. Tenemos la misma edad de Jesucristo. Yo me fui de Pilobolus, grupo del que era codirector y fundador, para encontrar mi propio camino artístico, tener mi propia compañía. En Pilobolus, como en toda relación, había llegado cierto agotamiento.

P. De modo que no era un matrimonio para toda la vida…

R. Exactamente, fue una especie de divorcio, y la creación de Momix me llevó a un trabajo diferente, muy físico también, mezcla de danza moderna y otras disciplinas, como las artes visuales. En ese sentido, siempre he sido alquímico, como lo que hacían los alquimistas antiguos.

P. ¿Y el origen del nombre Momix?

R. La palabra Momix me acompaña desde que tengo uso de razón. Momix es el nombre de un complemento alimentario que se le da a los terneritos, yo mismo echaba este producto a los terneros en la granja. Siempre me han gustado los juegos de palabras, y Momix reúne a Moses con Mix: mezcla, mixtura.

P. ¿Y la danza cómo se enlaza con los terneritos?

R. No tengo una formación tradicional en danza, mis primeros trabajos corporales fueron la granja y el deporte del esquí, pero a la vez, siempre me he sentido inspirado por el mundo vegetal y mineral; el animal también. Me ha interesado poderosamente cómo el humano establece contacto con lo no humano, esas vibraciones han generado mi obra, he investigado a fondo en un proceso que siempre te da interrogantes nuevas.

P. Los girasoles han adquirido en su vida un papel simbólico.

R. Efectivamente, verlos crecer es maravilloso. Soy un adorador del Sol y el girasol es su símbolo terrestre. Crece a partir de una semillita más pequeña que una uña y en 80 días ya está esbelto, merecedor de reverencia.

P. Momix es más famoso y gusta más en Europa que en la propia Norteamérica, y especialmente en Italia ¿A qué se debe esto?

R. Lo del éxito en Italia es sorprendente. ¡Llenamos una y otra vez los teatros como los Rolling Stones! En América también ahora va bien, y puedo decir que se abre un nuevo mercado. Pero allí hay que comercializarlo muy bien. Hemos estado fuera mucho tiempo.

P. Con respecto a la música, ¿prefiere partituras de encargo o trabajar con materiales ya probados o grabados?

R. Depende, no tengo nada en contra de ambas posibilidades. En Alchemy hay bastante de Ennio Morricone junto a otras músicas. No tengo nada contra el clásico, puedo usar Bartok o Chaicovski indistintamente. Muchos coreógrafos empiezan por la música; nosotros empezamos a partir de concebir los cuadros visuales.

P. ¿Ha influenciado Momix más al nuevo circo que a la danza?

R. Puede que hayamos influenciado en ambos mundos; hay cosas que ya las hacíamos nosotros mucho antes, estructuras a partir del encuentro corporal. También está un cierto sentimiento común hacia lo surrealista.

P. ¿En el estilo de Momix no hay el peligro de ser demasiado decorativo?

R. Somos muy populares, pero popular no significa que no sea artístico. Se puede ser entretenido y a la vez evocador, que estimule la imaginación. Siempre he pensado que no hay que haber leído la obra de Tolstoi para entender a Momix.

P. Cuando debe renovar la plantilla, ¿cómo escoge a los miembros del grupo? ¿Qué les exige?

R. Pienso en el espectáculo específico que voy a crear y tienen que cumplir las exigencias físicas, la improvisación, el sentimiento musical y lo más importante, tienen que soportar las bromas del director. Si no creen que tengo gracia, pues no tienen futuro conmigo. Deben ser buenos actores. Si les digo hacer de roca, pues de roca.

P. ¿Cómo es su método y cuánto tiempo tardó en concebir Alchemy?

R. Alchemy resume una vida entera de experiencia, y un año de trabajo intenso con la compañía. He trabajado sobre los cuatro elementos (agua, aire, tierra y fuego), pero sobre todo es fuego, que es lo que genera transformaciones más rápidas. Alchemy se refiere a la transformación y la energía. Los alquimistas también buscaban el elixir de la vida eterna. Google es el alquimista moderno, de esta nueva era, y Momix está en esa búsqueda, como puede la fantasía ser parte integrante de la realidad. La alquimia implica una destilación continúa, nosotros intentamos lo mismo, hablamos de espiritualidad, siempre me ha fascinado este campo y lo estudio.

P. Aunque es evidente, su trabajo ha sido influenciado por sus contemporáneos. ¿De quién reconoce influencias?

R. Aunque mis raíces están en la agricultura y el atletismo, estudié poesía, a los poetas románticos ingleses y a los trascendentalistas (mucho a Emerson). Ahora estoy leyendo a Calvino y a Neruda. Me han influenciado gente de fuera de la danza, pues la imagen de la palabra es muy poderosa y hay una transferencia de sensaciones poéticas entre la propia poesía y la danza.

P. ¿Qué planes está forjando ahora?

R. Estoy deseando volver a casa para retratar los charcos helados, el camino de acceso está lleno de ellos y ahora estarán helados. Tengo pasión por las formaciones del hielo y también estoy retratando hojas. He llenado la mesa del comedor de hojas que poco a poco se van secando, curvándose y adquiriendo formas escultóricas. Haré una gran exposición en Roma. Será una danza sin bailarines. Estarán las hojas.

P. Hay un ballet de Antony Tudor que se llama…

R. The leaves are fading [Las hojas están marchitando] ¡Lo adoro! Lo he visto muchas veces.