_
_
_
_
_
FERIA DE JULIO

Castella, triunfo de ley y puerta grande

El torero francés cuaja su mejor tarde en Valencia

El torero galo Sebastián Castella sale por la puerta grande tras el tercer festejo de la Feria de Julio de Valencia.
El torero galo Sebastián Castella sale por la puerta grande tras el tercer festejo de la Feria de Julio de Valencia.BIEL ALIÑO (EFE)

Mortecino, soso y sin muchas ganas de pelea, el toro que abrió la corrida. Dos largas de rodillas fue la tarjeta de visita de El Fandi, para seguir con lances tan limpios como fáciles. Muy fácil con el capote toda la tarde el granadino. Tras una primera entrada al caballo, chicuelinas de Fandi y réplica de Castella, en su turno, con un combinado de tafalleras y cordobina a pies juntos. Con el toro apenas servido en varas, El Fandi entró en acción en su fuerte: banderillas. Tres pares, dos corriendo hacia atrás y el tercero al violín. El final de la suerte, un jugueteo con el toro en actitud muy autosuficiente. Y los seis palos bien colocados. La primera entrega con la muleta fue con ambas rodillas en tierra. Un vientecillo molesto sembró dudas, que despejó el torero cuando se centró con la derecha. Noblón el toro, aunque le costaba un poco. Con la franela en la zurda no hubo el mismo acople. No se entendieron. Vuelta a la mano diestra y regreso al buen tono. Con el toro sin fuelle, la faena de deslizó más gris y terminó pesando. Una buena estocada puso punto y seguido a la corrida. Se pidió la oreja, pero no hubo premio.

No dio opciones el cuarto. Suelto y manso en varas fue toro que avisaba. Tampoco cómodo en banderillas, donde Fandi puso un primer par corriendo hacia atrás, un segundo al cuarteo, un tercero por los adentros, que resultó fallido, y un cuarto de desagravio al violín. Mérito tuvo el tercio en su conjunto. En la muleta, el toro busco el cuerpo a cuerpo. Huía tanto como atacaba y buscaba al mismo tiempo. Sorteó Fandi tarascadas y desistió de seguir en la lucha. Con el toro arrancado, a paso de banderillas, Fandi dejó media trasera de torero hábil y listo.

CUVILLO / FANDI, CASTELLA, LUQUE

Seis toros de Núñez del Cuvillo. Anovillados los tres primeros. Mansearon en varas cuarto, quinto y sexto. Apagados primero y sexto, manejables tercero y quinto. El cuarto sacó genio y acabó complicado. El segundo, excelente, tuvo fijeza y transmisión. El mejor.

David Fandila "El Fandi". Buena estocada (saludos tras petición); media trasera a paso de banderillas (siencio).

Sebastián Castella. Estocada desprendida y algo trasera (oreja); estocada fulminante algo desprendida (oreja).

Daniel Luque. Media (silencio); buena estocada (silencio).

Plaza de Valencia, 25 de julio. 3ª de Feria. Casi media. Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio por las víctimas del accidente ferroviario de Santiago de Compostela.

Un buen toro el segundo. Mimado en el primer tercio, dos entradas apenas señaladas, pintó bien al tomar de largo los seis estatuarios que, a pies juntos, le recetó Castella. Viaje de ida y vuelta; con fijeza. El pase del desprecio y el de pecho, y el toro en los medios. Bien acomodado sobre la derecha, Castella se sintió a gusto. El toro, también. Listo el de Cuvillo, pero noble y bravo, se le coló a Castella por no tocar a tiempo. Clave de esa faena fue el toque oportuno con la muleta. Hubo aguante cuando se llevó la muleta a la izquierda, permitió las miradas del toro y, frío como un témpano, fue capaz de salir siempre vencedor del envite con el toro bien llevado. Echó de galería al final; con los ya clásicos circulares invertidos, cosidos con un derechazo y el de pecho de remate. Buena obra la de Castella y excelente toro el de Cuvillo.

Igual que el cuarto en varas, el quinto. Tres veces entró al caballo, la última de propina y con el tercio cambiado, y las tres salió de najas. Antes de ese trance, no estuvo por la labor de coger capote. No tuvo las malas intenciones que el anterior, aunque tampoco estuvo por la labor de tomar presto la muleta. Se abrió la faena con tres cambiados por la espalda, en el mismo platillo, y en el mismo precio entraron uno por alto, un monumental e improvisado natural y el de pecho. Inicio a lo grande. Luminoso. Todo lo que siguió fue mérito de Castella. Consintió un mundo sobre la derecha, se dejó querer y le ganó siempre la partida al de Cuvillo. Por el pitón izquierdo, la misma táctica. Aguantó lo que debía y volvió a superar las condiciones del toro. Muy comprometido siempre. Con el toro al límite, Castella hasta pareció recrearse en los muletazos finales. De remate, agarró una estocada de buena ejecución aunque la espada cayese un pelo desprendida. Tuvo efectos fulminantes y el toro rodó como un balón. Triunfo de ley.

El anovillado tercero se le coló a Luque nada más abrirse de capa. Empujó y se empleó el toro en la primera vara y lo despacharon de trámite en la siguiente. Toro de ir y venir. Sin plantear problemas. Luque, fácil: demasiado. Muy suelto, como si el trabajo lo tuviese hecho de antemano. Alguna prisa también. Por el lado izquierdo, más tirones que toreo. Y, en fin, mucho pase pero escaso eco. Mucho destajo, vamos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El toro que cerró plaza también puso su parte de mansedumbre en varas, pero lo dejaron bien servido para los restos. Acusó el castigo en la muleta, aunque tomo aire en los numerosos banderazos que le pegó Luque de inicio. Después vinieron intentos sobre la derecha, pero el toro ya estaba gastado. La cosa acabó sin relieve, aunque la estocada final maquilló una opaca actuación.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_