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Dos toros de premio

La feria de Almería se salda con 10 orejas y ningún lleno en la plaza

Antonio Lorca

Han sido solo cuatro corridas, pero han salido dos toros que recibieron el merecido premio de la vuelta al ruedo. Una buena proporción para la feria taurina de Almería, que terminó este sábado, a tenor del enfermizo momento de la cabaña brava.

El primero, de Parladé, Disgustado de nombre, y 551 kilos de peso, lidiado el jueves por Enrique Ponce; y el segundo, de San Mateo, Bailador, de 562, que el viernes le tocó en suerte a Padilla. Ambos —los toros— ofrecieron una brillante lección de movilidad, casta y nobleza, especialmente en el tercio final, y embistieron de manera incansable con entrega y fijeza. Ninguno de los dos destacó por sus hechuras y su comportamiento respondió a lo que se espera del toro moderno: nobleza dulzona. Al de Parladé solo lo señalaron en varas, mientras que el de Niño de la Capea empujó con genio y riñones en dos puyazos. Pero, al fin, dos toros de exquisita calidad, merecedores de premio.

Como suele ocurrir, sus dos matadores no estuvieron a la altura de sus oponentes. Ponce y Padilla dieron muchos pases, pero nada de lo que hicieron quedó para el recuerdo; abundó el toreo acelerado, despegado y ventajista, y no hubo lugar para la hondura, la armonía, el temple o el buen gusto. Los toros se fueron al desolladero sin las orejas, pero merecieron mejor suerte.

Durante el ciclo ferial se han cortado 10 orejas: Padilla, tres; Ponce, dos; y una cada uno Ruiz Manuel, David Mora, Jiménez Fortes, Morante y Castella. No ha habido, no obstante, una faena de peso, conjuntada y relevante. Quedan, sin embrago, en la retina el valor del joven Jiménez Fortes, y detalles sueltos de la magia torera de Morante con el capote y la muleta.

Dos apuntes para la reflexión: primero, ha bajado la afluencia de público respecto a años anteriores, y la plaza no se ha llenado ni una sola tarde; y dos, el primer día se produjo la imagen vergonzosa de la feria: un subalterno de David Mora se dirigió a los medios para pedir al público que solicitara la oreja para su jefe de filas. Si esa falta de respeto la comete en la plaza de Almería, qué no hará en otras de menor categoría. Seguro que él mismo se queja de los antitaurinos.

Y lo más suculento, como cada año, la merienda. Bebida y comida de categoría para espantar el calor y el bochorno. Y que no decaiga…

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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