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El capitán pirata

Padilla prosigue en Vista Alegre su heroica temporada, en la que disfruta de ser uno de los matadores que más torea

El Cid, en un desplante a su segundo toro, ayer en Vista Alegre.
El Cid, en un desplante a su segundo toro, ayer en Vista Alegre.FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

“Bajel pirata, que llaman / por su bravura el temido”. Ya Espronceda se refirió a la bravura como característica de aquel corsario que glosó en su Canción del pirata. La misma bravura que ha tenido Juan José Padilla para superar un accidente sufrido en la pasada Feria del Pilar y estar nueve meses después en plena batalla.

Con su parche en el ojo izquierdo, ha conseguido toda una corriente pirata en las plazas de toros donde actúa. Los tendidos de sol aguardan al jerezano con algunas banderas negras con la calavera simbólica de los antiguos corsarios.

Sin llegar a la pasión desenfrenada que vivió en los sanfermines, la pasada semana paseó en la vuelta al ruedo una bandera que le lanzaron desde el tendido. En Bilbao ya celebró su regreso el pasado mes de junio y cortó una oreja.

Padilla tiene el mérito de sumar más de 40 tardes ya en una temporada en la que la lógica invitaba a pensar que la convalecencia de su cogida duraría mucho tiempo más. En octubre perdió de forma violenta la visión del ojo izquierdo en una sobrecogedora cogida en Zaragoza. Tan solo cuatro meses después, estaba de nuevo vestido de luces y ya no ha parado a pesar de sus dolores, limitaciones y revisiones médicas, en las que poco a poco va logrando una recuperación que no dentro de mucho puede ser total.

La corrida de hoy

Juan José Padilla, El Juli y Alejandro Talavante se enfrentan a toros de El Pilar.

Lejos de pensar que las secuelas del dramático percance se quedan en el llamativo parche en el ojo, Padilla se viste de luces marcado por una parálisis facial de la parte izquierda del rostro y una lesión del oído, que aún le produce dolores. Y soporta lesiones internas que condicionan su estado físico.

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Lo cierto es que ya no necesita ser El ciclón de Jerez, porque se encuentra en carteles como el de esta tarde, con toros de El Pilar, que son hierros menos ofensivos que las duras corridas a las que estaba condenado hasta la pasada campaña. Ahora cuenta con el privilegio de ser cabeza de cartel de figuras y lo está aprovechando.

Con él, regresan dos toreros que ya actuaron en Vista Alegre el pasado martes: El Juli, que sembró la polémica por la no concesión de las dos orejas en el quinto toro, y Alejandro Talavante, el nombre propio de la temporada.

Para El Juli es la oportunidad de triunfar en una gran cita esta temporada. El madrileño se quedó fuera de forma injusta de las primeras grandes citas del año y todo pasa por pegar un golpe de mano en Bilbao. El martes convenció al público, pero se dejó escapar un buen toro de Núñez del Cuvillo quizás por un exceso de ansiedad, lo que le llevó a buscar un arrimón con un animal de tremenda nobleza que restaba mérito a su actitud y que pedía otro tipo de lidia.

Quien no debe dejar escapar el tren de Bilbao es Alejandro Talavante, que ha pisado fuerte en las plazas claves y que rozó el triunfo en Vista Alegre, pero que parece haber regresado a esa toreo anodino de años atrás. Si el extremeño quiere y sale con ilusión es capaz de firmar los mejores pasajes de la Aste Nagusia.

Al frente de ellos, irá el capitán pirata, cantando alegre en la popa, porque Padilla no tiene mejor medicina que sentirse torero cada tarde.

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